jueves, 29 de septiembre de 2011

Descubriendo el Valle del Silencio

Si en Cuenca pregunto por el Valle del Silencio, muy pocas personas sabrán decirme donde está. Y si menciono la Hoz de San Miguel o el Valle de San Miguel, sólo unos poco más me indicarán cómo llegar.


Realmente este es uno de los rincones que me venían a la cabeza cuando decidí comenzar este blog y dedicarlo a describir y recomendar los sitios que a mí me han llamado la atención de una u otra manera.


Al Valle del Silencio, como a mí me gusta más llamarlo, (creo que refleja parte de lo que experimentas cuando paseas por esos senderos), es complicado llegar ya que NO ESTÁ SEÑALIZADO de ninguna manera. En eso reside también parte de su encanto.


Voy a tratar de explicar cómo llegar al principio del sendero, que es lo más complicado, y una vez allí, sólo se trata de comenzar y descubrir todo lo que esconde.
Si estamos en Cuenca deberemos coger la carretera dirección Teruel (N-420) y a unos 5 km. tomar el desvío a la izquierda dirección Sierra del Los Palancares-Las Torcas.


A partir de aquí, seguiremos la carretera. Lo mejor es llegar a la Fuente del Royo (de tres enormes caños) y una vez allí parar y volver a bajar un poco. Sé que suena extraño, pero es lo mejor para no equivocarnos.



Deberemos dar la vuelta en la pequeña explanada inmediatamente anterior a la fuente situada a la derecha de la carretera y volver a bajar para tomar el primer desvío de nuevo a la derecha. Seguiremos el camino algo destartalado y continuaremos por él hasta el final (no hay que desviarnos del camino principal). Llegará un momento en el que no podamos avanzar por encontrarnos de frente con una gran macizo rocoso. Dejaremos el coche y comenzaremos la ascensión.

La Hoz de San Miguel esconde en el interior de la roca (y es lo primero que deberemos buscar cuando paremos encima de la primera roca a ver el paisaje) el más antiguo santuario del pueblo de Palomera: la Ermita de San Miguel de Hortales, en cuya devoción participan también los pueblos colindantes de Molinos de Papel, La Melgosa y Mohorte.


Encontraremos la cavidad, (mitad gruta natural mitad obra de antiguos autóctonos) excavada en la piedra si nos dirigimos unos metros hacia la derecha de nuestro camino. Dentro nos espera un altar de piedra y la imagen de San Miguel bastante desfavorecida por los ataques de varios desaprensivos. El día 8 de mayo tiene lugar una peculiar romería hasta este bello paraje.


Después de visitar la capilla continuaremos nuestro camino.


Lo más impresionante de este rincón es el espectacular microclima que se forma debido a su privilegiada situación: bosques de quejigos, acebos, hiedras, saúcos, así como enormes peñascos y árboles cubiertos de musgos y líquenes.






El final de nuestra caminata se acerca cuando vislumbramos el anfiteatro natural que forman las dos hoces (San Miguel y Buey) y en el cual nos sentimos seres desprotegidos. A partir de aquí yo recomiendo una exploracion libre de todos los escondrijos y un merecido descanso tumbados en la hierba.

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